15 septiembre 2005

 

El Secreto de los Hermanos Grimm

Inicio mis críticas chapuceras pero hechas con mucho amor con la última película que he visto en cine, El secreto de los hermanos Grimm, de Terry Gilliam

Siento casi vergüenza cinéfila al admitir que es la primera película de Terry Gilliam (Monty Python a parte) que veo desde las Aventuras del Baron Munchausen, pero reconozcámoslo, todos tenemos pecadillos y yo tengo más de uno. No voy a empezar hablando de mis carencias porque si no mal empiezo esta nueva andadura cibernética, y tampoco es eso.

Centrémonos. Asistí en el Cine Condado de Dènia (el único cine de allí, una situación más que lamentable, por cierto, pese al misticismo de esta sala entre los habitantes del pueblo) al visionado de esta película.

Terry Gilliam nos presenta a unos peculiares Hermanos Grimm con más de un secreto en su haber y una dedicación que llevan a cabo con no demasiada honradez profesional: viven de cazar fantasmas, acabar con brujas, desmontar leyendas, a cambio de unas monedas, recorriendo de arriba a abajo la Alemania conquistada por Napoleón. Tras ser retenidos por las tropas francesas, se les propone su puesta en libertad a cambio de resolver un misterioso asunto, la desaparición de una decena de niñas en una pequeña aldea.

Con esta premisa y tras una introducción ciertamente interesante, la película se desarrolla con increíbles altibajos. La dirección está lograda, pero la historia es lenta y desconcertantemente inclasificable. Cuando pretende ser una historia para niños, es demasiado adulta, pero en los tramos más adultos es demasiado infantil. Cuando se supone que debe brillar la acción, esta es más bien endeble, y los momentos más sosegados en general se hacen eternos. Por supuesto no toda la película es así, ya que su característica principal es, en mi modesta opinión, su irregularidad. No negaré que hubo partes en los que la película me atrapó, pero la tónica general fue la de no saber exactamente que estaba viendo.

El plano interpretativo es dispar, aunque en general positivo. Si bien Heath Ledger hace un papel más que correcto, Monica Bellucci aprovecha bien sus minutos en pantalla, Lena Headey pasa el aprobado alto, Matt Damon resulta algo cargante, aunque no más que Peter Stormare (a los cinco minutos de su aparición ya cogí manía a su personaje, Cavaldi), y el resto de los actores secundarios en general son del montón.

En conclusión, esta película es un quiero y no puedo, lo que pudo ser y no fue, y otras frases hechas por el estilo.

Calificación: 4


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