EPISTOLA A LOS PROFESORES DE DERECHO DE LA COMPLUTENSE

Estimados profesores y cargos directivos de la facultad de Derecho.

Soy uno de esos corderitos que pasan por sus aulas día tras día esperando con angustia la entrada en el matadero.

Uno de esos alumnos sin nombre ni apellidos ni significación alguna cuyo futuro manejan ustedes jugando a los dados año tras año.

Un asqueado más de tantos que hay, un amargado con futuro título, una pieza más del sistema productivo.

Les escribo para denunciar la putrefacción de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense. Putrefacción de la que ustedes son los más inmediatos cómplices.

Les señalo con el dedo y les acuso de ser una élite intelectual de pacotilla, unos seres despreciables con los que me declaro en guerra desde hoy hasta el final de mi vida. Les recordaré por siempre jamás como unas criaturas repulsivas que merecen el mayor de los desprecios.

Discúlpenme los buenos profesores, que los hay. Una minoría marginada y silenciosa pero no por ello inexistente. Encontrarme con ustedes ha sido un soplo de aire fresco en medio de este aire contaminado que respiramos en este nido de corrupción y estupidez.

Les acuso de transformar en mediocridad una facultad que debería ser de las más potentes del Estado. Y acuso principalmente al capitán del barco, el insigne decano Iturmendi, que consiente este despropósito sin reparo alguno. Iturmendi, es usted el principal culpable, pero no el único. Le acompaña casi al completo el resto del decanato de esta basura de facultad y el profesorado mayoritario, cómplices de su absurda política en esta demencial facultad de Derecho que no vale ni para un roto ni para un descosido.

Ilusos de nosotros los pobres corderitos que vemos pasar nuestra triste vida (¡tan jóvenes!) en las sucias aulas de esta caricatura de facultad, un día entramos aquí pensando encontrar un nuevo mundo de creación intelectual y pensamiento adulto.

En lugar de eso nos encontramos con un grupito de intelectuales del Derecho, una especie de doctrina de facto inmunda, gente que se ha sacado una plaza de profesor para lucrarse con el mínimo esfuerzo y un falso espíritu de profesionalidad consistente en la elaboración de criterios de evaluación más parecidos a la tortura mental que al pensamiento productivo.

Esperábamos encontrarnos con profesores que nos potenciasen nuestro pensamiento y nuestra capacidad de análisis en lugar de dictadorzuelos titulados y catedráticos de salón que se dedican a repetir año tras año las mismas sandeces, con el fin único de que esto sea repetido tal cuál por los alumnos en el examen… y que pase de generación en generación este brillante conocimiento con utilidad cero. Dedican su tiempo a hacer que repitamos su teoría, anulando al alumnado cualquier capacidad de pensar por si mismos y analizar la validez de la teoría propia.

He estudiado entre las paredes de nuestra futil biblioteca teorías a tutti plen de autores de medio mundo, sin tener la posibilidad (¡un alumno pensando por si mismo! ¡A Septiembre!) de elaborar mi propia lectura. ¿De qué me sirve a mi repetir como un loro las teorías alemanas o francesas sobre la administración o la punición?.

Si acaso planteasen ustedes desde sus pequeñas sillas de poder la posibilidad de conocer estas teorías para que el alumno realice su propia interpretación, entendería que estarían ustedes haciendo una gran labor de potenciación del conocimiento, pues no es inteligente aquel a quien ustedes ponen una matrícula de honor, sino quien tiene la capacidad de pensar por sí mismo, algo que parece que ustedes detestan haciendo repetir sin chistar viejas opiniones doctrinales , la mayoría de ellas caducas e innecesarias.

Esto por supuesto provoca que las clases de nuestra facultad de Derecho sean lo más anodino del panorama universitario. Un profesor que hace que compremos su libro (¡cómo no!) de 60 o 70 euros, que llega a clase y comienza a leerlo con un tonillo asfixiante que duerme al más pintado. Señor profesor de Derecho, usted no justifica su sueldo y sepa que no hay un solo alumno que lo desconozca. Que no les oiga yo hablar del absentismo en las aulas cuando ustedes son los primeros ausentes. ¿Por qué hay profesores que sin exigir la asistencia, hacer exámenes periódicos o tener una hoja de firmas tienen amplia afluencia de alumnos?. Si todos empezasen a preguntárselo, otro gallo cantaría, pero bien seguro estoy de que los celos profesionales les llevan por el camino equivocado. Que triste ser tan mediocre como son el 80% de ustedes, que triste pero que real.

Lamentablemente la universidad actual, hablando en términos generales, está planteada cómo una parte más del sistema productivo, en el que nos amoldan la cabeza a su pensamiento para salir bien colocados. Esto me parece criticable, pero asumible. Lo que me parece que se sale de madre es que ¡esta facultad tampoco sirve para eso!.

¿Cuántos profesores en Derecho hacen un planteamiento práctico de su asignatura? Quizá un 10%, tirando por lo alto, 10% del cuál la mitad no es más que testimonial y secundario. Nos torturan durante cinco o más años con sus majaderías doctrinales sin sentido, sin darnos la oportunidad siquiera de analizarlas, para que luego salgamos de aquí y nos encontremos con un mundo que no tiene nada que ver en absoluto con lo que hemos estudiado.

Tenemos, eso sí, un cúmulo de maestrillos de Derecho Mercantil 2 que sigue empeñado en priorizar la letra de cambio sobre todas las cosas. Por la letra de cambio hacia el imperio y por el imperio hacia Dios. ¿Pueden explicarnos a todos, por favor, que utilidad tiene la letra de cambio?. Claro, esto no me lo van a poder explicar unas personas que jamás han visto una, aunque han leído miles de manuales y publicado miles de artículos en miles de publicaciones de autoalimentación del ego que nadie lee salvo esta manada de botarates con buena posición académica. Una letra de cambio, algo que hasta los pastores analfabetos en los pueblos sabían rellenar, se convierte con ustedes en un reto cuasi infranqueable, una prueba de ingenio, un sudoku del más alto nivel… en fin, también hay gente que aprende élfico, tienen derecho a existir.

El planteamiento de más del 75% del profesorado es para echarse a reír, por no llorar. Todos y cada uno de ustedes (hechas las oportunas salvedades) parece que se creen tocados por la mano divina del intelecto y la sabiduría. Son ustedes unos genios con los que nadie puede compararse, unos censores del conocimiento, unos papanatas absolutos que parecen desconocer que esta carrera consiste en 25 asignaturas distintas y no unicamente la suya.

La mayoría de ustedes tiene unos criterios de evaluación totalmente absurdos. Se empeñan en meternos en vena líneas y líneas de libros de lenguaje pedante para que lo vomitemos todo en el examen, jugárselo a la ruleta rusa en infaustas jornadas de Febrero, Junio y Septiembre. Una palabra olvidada, un punto sin mencionar, una línea mal estructurada es lo que separa el 0 del 10, pues para los perfectos profesores de Derecho sólo existe todo o nada. Pocos profesores hay en esta facultad que potencian el conocimiento elemental, que basan sus criterios de evaluación en lo que todo licenciado en Derecho debe como mínimo conocer en lugar de preguntas tipo “Trivial Pursuit” en las que si no está escrita la respuesta como en la tarjeta, no ganas el quesito. “En mi libro no viene así”… buenas fogatas haremos con sus manuales. Son ustedes imbéciles y nos están transformando a nosotros en imbéciles, enhorabuena por su estulticia infinita, los alumnos de esta facultad les estaremos eternamente agradecidos. Lo lógico es que si sabes lo básico apruebas, si sabes todo sacas matrícula… aunque para ustedes lo básico y el todo se unen por siempre en sus programas fatales.

Nos tratan ustedes como inmundicia viviente, excremento humano, nos desposeen de toda personalidad y humanidad para jugar con nuestras vidas, por lo que no se extrañen que empecemos a tratarles con la misma exquisitez. Se pasan por el forro cualquier tipo de lógica, pues ustedes son los únicos poseedores de la verdad. Ustedes son el camino, la verdad y la vida. Nosotros unos niñatos ignorantes que merecemos ser vapuleados. En sus manos está convertirnos en personas de bien, quien no les respeta será un fracasado. Que les den por donde ya saben, si quieren les presto mantequilla para hacer del trance algo menos doloroso.

Las atenciones al alumnado en esta facultad son una vergüenza, probablemente la vergüenza de la comunidad universitaria española. Plan del 53, mentalidad del 53, mano dura y a por ellos, Iturmendi y compañía.

Corrigen los exámenes cuando les da la gana y además los corrigen con el orificio anal. ¿Cómo pueden tener la poca vergüenza de exigir nada al alumnado, si son ustedes una piara de irresponsables que disfruta retozándose en el fango de la sabiduría doctrinal mientras hacen lo justito o menos para sacar un sueldo? ¿Qué especie de lumbrera se han pensado que son?. En esta facultad el 60% de los profesores no cumple a la hora de corregir los exámenes, no tiene siquiera la decencia de fijar una fecha de publicación de notas. Mejor publicarla un día antes de entregar las actas para que no vengan los chavales a tocarles las narices ¿verdad?. Pandilla de holgazanes, eso es lo que son ustedes, una cuadrilla de gandules que se piensan que por ser profesores de universidad son algo en la vida. Hacen ustedes las correcciones con la pistola cargada, parece mentira que en la facultad donde te enseñan in dubio pro reo no se de ni la mínima confianza al alumno, in dubio contra discipulo, qué bonita es la teoría aunque la práctica nos demuestre una verdad mucho más fea.

Las revisiones que hacen ustedes de los exámenes alcanzan el surrealismo, si bien en este punto debemos ser sinceros y en este caso quizá el porcentaje de buenos y malos profesores sea 50-50. Seguro que no soy el único que ha estado en revisiones hechas deprisa y corriendo, de cuatro en cuatro y sin posibilidad de hablar. Señores titulares, catedráticos y demás calaña que infesta esta poco honorable facultad, tenemos derecho a que ustedes nos expliquen y comenten nuestro examen. No sabía yo que por trabajar menos de 16 horas a la semana, siendo generoso, alcanzase uno la verdad absoluta, pero parece que ustedes la alcanzaron y sobrepasaron hace tiempo. Se piensan que por dar 35 minutos de clase tres días a la semana y el 40% del tiempo de tutoría que deberían dar, más unos exámenes capciosos y criminales, ya son ustedes gente importante. ¡Oh, que importante es la profesora de Derecho Administrativo! ¡No más que el de Hacienda Pública! ¿Y qué me dices del profesor de Civil? Sin duda alguna son seres superiores. Amigos, beso donde ustedes pisan para alcanzar la gloria eterna.

Miles de jóvenes entramos en esta facultad con las ilusiones puestas en una vocación o, como mínimo, un gran interés en el Derecho. Gracias a su trabajo, sus no tutorías, sus 40 minutos de clase, sus libros pedantes y engreídos, sus apuntes apoteósicos, sus líneas doctrinales, sus tiránicos exámenes, sus criterios de corrección y su gran atención personal, podemos estar contentos de que nuestras ilusiones se hayan hundido en la taza del water para nunca más volver.

Ustedes, señores Iturmendi Morales, Alonso García, Bacariza Cebreros, Beladiez Rojo, Cano Campos, Codina Vallverdu, Cosculluela Montaner, Cruz Ferrer, Fernández de Troconiz, Fernandez Polanco, Fernandez Rodríguez, Fernandez Torres, Gil Robles, Gómez-Ferrer, Gonzalez Botija, Lavilla Rubira, Lopez de la Osa, Martín Sanz, Martín-Retortillo, Martinez de Pisón, Martinez Carrasco Pignatelli, Medina Alcoz, Morell Ocaña, Plaza Martín, Porta Pego, Sain Moreno, Sarmiento Larrauri, Suidan Fernández, Villar Ezcurra, Amunategui Rodríguez, Anguita Villanueva, Beato del Palacio, Berrocal Lanzarot, Callejo Rodríguez, Calvo Antón, Cuadrado Iglesias, Cuadrado Pérez, Cuena Casas, Díaz Alabart, Gastón de Iriarte, Gómez Corraliza, Gomez Laplaza, González Lao, Gutiérrez Solar, Hernández Díaz Ambrona, Hernández Ibáñez, Iglesia Monje, Jiménez Mancha, Lambea Rueda, Linacero de la Fuente, Medina de Lemus, Melchor Pena, Mesa Mengibar, Moreno Florez, Navarro Costa, Núñez Boluda, Ortega Doménech, Rambs Albesa, Real Pérez, Represa Polo, Rubio San Román, Sánchez Gómez, Serrano Gómez, Solís Villa, Sorzano Volart, Yzquierdo Tolsada, Zorrilla Suárez, Alonso de Antonio, Basterra Monserrat, Cabo de la Vega, Enrile Aleix, Esteban Alonso, Fernández Delgado, Fernández Riveira, Fernandez Valencia, Fraile Clivilles, García-Escudero, Gómez Orfanel, Hillers de Luque, Martínez Hernández, Martínez Sierra, Ortega Naharro, Peralta Martínez, Rodríguez Álvarez, Rubio Núñez, Sánchez Navarro, Vega García, Zamora Rodríguez, Aguilera Izquierdo, Alonso García, Arnela Terroso, Cámara Botia, Casas Baamonde, Corte Heredero, Cristóbal Roncero, Del Águila Cazorla, Fernández-Lomana García, García Piñeiro, García Quiñones, García Núñez, Gil Plana, Guitián Olmedilla, Gutiérrez Cassillas, Jiménez Sánchez, Lasaosa Irigoyen, Llorente Álvarez, Miñambres Puig, Moreno González, Nieves Nieto, Perez de los Cobos, Pérez Espinosa, Sánchez Urán, Serrano Martínez, Serrano Sánchez, Tagliavia López, Torollo González, Tortuero Plaza, Amérigo Cuervo Arango, Briones Martínez, Cañamares Arribas, Fernández-Coronado, González Varas, Ibán Perez, Jusdado Ruiz Capillas, Llamazares Fernández, Lorenzo Vázquez, Martínez Torrón, Palomino Lozano, Panizo y Romo de Arce, Relaño Pastor, Rodríguez Chacón, Almudi Cid, Antón Perez, Calvo Ortega, Casado Ollero, Cayón Galiardo, Cortés Domínguez, Falcón Tella, Grau Ruiz, Herrera Molina, Martín Fernández, Mora Hidalgo, Ruibal Pereira, Ruiz Garijo, Serrano Antón, Verdesoto Gómez, Artuch Iriberri, Cerezo De Diego, Conde Pérez, Fernández Rozas, Fernandez Arroyo, Fuentes Camacho, Jiménez de Parga, Martín Sanseroni, Miguel Asensio, Ortiz Blanco, Ortiz Arce, Otero García, Pastor Ridruejo, Perea Unceta, Pérez Bernárdez, Pérez González, Pérez Montero, Rodríguez Iglesias, Tomás Ortiz de la Torre, Aguilera Ramos, Alonso Ledesma, Bercovitz Alvarez, Colino Mediavilla, Dopazo Fraguio, Esteban Velasco, Fernández de la Gándara, Fernández Torres, Fernando Magarzo, Flores Doña, Fradejas Rueda, Gómez Mendoza, Gómez-Jordana Moya, Gondra Romero, González Vázquez, Lozano Ramírez, Marín de la Bárcena, Martínez Martínez, Puyol-Martínez-Ferrando, Sánchez Pérez, Santaella López, Segura Aparicio, Sequeira Martín, Tirado Suárez, Vara de Paz, Arenas Rodríguez, Ayala Gómez, Cid Campo, Cobos Gómez de Linares, Gómez Benítez, Gómez Pavón, Gurdiel Sierra, Lorente Martínez , Manjón Cabeza, Martín Lorenzo, Martínez Escamilla, Mirat Hernández, Ocaña-Díaz Ropero, Octavio de Toledo, Paino Rodríguez, Quintanar Díaz, Requejo Naveros, Rodríguez Ramos, Romero Sirvent, Santa Cecilia García, Segrelles de Arenaza, Silva Nicolás, Valle Mariscal de Gante, Ventura Puschel, Zambade Jiménez, Aguilera Morales, Arias Lozano, Bernardo San José, Cedeño Hernán, Chozas Alonso, Cubillo López, Díez Picazo Giménez, Fernández López, Galán Urbano, García Luben, Gascón Inchausti, González García, Gutiérrez Berrinches, Herrera Abian, Herrero Rández, Mariscal de Gante Mirón, Montón Redondo, Padura Ballesteros, Peiteado Mariscal, Sánchez López, Tomé García, Ureña Gutiérrez, Vallines García, Villamaría López, Zarzalejos Nieto, Coma Fort, Cremades Ugarte, Fernández Cano, García Gérboles, González Romanillos, Gutiérrez Masson, Hernández-Tejero, Martínez Sanchiz, Orero Revert, Paricio Serrano, Reinoso Barbero, Roset Esteve, Torres Parra, Albert López-Ibor,, Baltar Tojo, Bustos Gisbert, Cabrillo Rodríguez, Castro Polinio, Castro Sotos, García Domínguez, García Moreno, García Viñuela, González Atanes, González de Aguilar, González-Blanch Roca, Graciano Regalado, Langa Mora, Loscos Fernández, Martínez Vela, Mera González, Muñoz Hernández, Pastor Prieto, Petitbo Juan, Raga Gil, Santome Urbano, Vargas Pérez, Vázquez Vega, Yabar Sterling, Candela Castillo, Castro Toledo, Cuadrado Gamarra, García-Berrio Hernández, González Soler, Hernández González, Lima Torrado, Llano Torres, López Moreno, López Zamora, Marín Castan, Martín López, Martínez Muñoz, Palomar Maldonado, Romero Moreno, Torre Martínez, Alejandre García, Benito Fraile, Bernal Gómez, Cruz Aguilar, Díaz Sanpedro, Esteves Santamaría, Fontes Migallon, García León, García-Badell Arias, Losa Contreras, Madrid Cruz, Martínez Martínez, Medina Font, Medina Plana, Moreno Pastor, Pérez-Prendes Muñoz-Arraco, Porras Arboledas, Puyol Montero, Torquemada Sánchez, Vázquez Rodríguez.

Son los culpables, por activa o por pasiva (alcen de una vez la voz si no están conformes, que aunque no sean responsables son cómplices) de este despropósito. Por mucho que su mini séquito de pelotas lameculos que les ríen todas las gracias les digan lo contrario, no se consuelen, son una peste académica, una vergüenza, un insulto a la inteligencia. Pese a que nadie diga nada, pese a que nadie se organice como es debido para plantarles en su sitio, sepan que la mayoría de los que estudiamos en esta facultad estamos hasta las narices de su delirio de grandeza y que les recordaremos con el mayor de los desprecios.

Sepan también que no van a ser los únicos en recibir estas letras. Lo más lejos que pueda llegar, llegará, entre alumnos y profesores de esta facultad y de otras. Sigan ustedes siendo unos desgraciados que juegan con el futuro de la gente, pero pronto serán objeto del más absoluto escarnio de la comunidad universitaria, haré todo lo posible.

Queremos una universidad viva, no un pantano putrefacto. Empiecen a reflexionar.

Así sea.

derechoalinfierno@gmail.com

LA FOTOCOPIADORA ES TU MEJOR AMIGA.

QUE TODO EL MUNDO SE ENTERE DE QUE LA FACULTAD DE DERECHO HUELE MAL.

# posted by Antonio @ 23:01 |