14 mayo 2006

 

Letras: Criptonomicón

Si hay un libro que ha arrasado en los círculos más frikis en los últimos años (a parte de La rueda del tiempo) ese es "Criptonomicón". ¿Por qué tanto éxito? Básicamente, sus protagonistas son frikis, ratas de biblioteca, informáticos y matemáticos, que no sólo no son ridiculizados o estereotipados, sino que viven muchas aventuras y además se cachondean de su propia imagen.

El libro de Neal Stephenson se ha dividido, en su edición por estos lares, en tres volúmenes. Sin embargo, aviso para navegantes, es el mismo libro, así que si no se adquieren los tres se puede enloquecer, porque cada libro individualmente no vale nada.

Consiste en dos historias. Una, la de Lawrence Waterhouse, un matemático que, junto a Alan Turing, se dedica a romper códigos nazis y japoneses en la II Guerra Mundial. Dos, la de Randy Waterhouse (nieto del anterior), un informático convertido en pequeño empresario que está sacando adelante un negocio de criptografía a finales del siglo XX.

La historia engancha prácticamente desde el primer momento, pues no son pocas las aventuras que tienen que vivir ambos. Mientras Lawrence Waterhouse las pasa putas para descifrar códigos, Randy ve que en el mundo empresarial es demasiado fácil crearse enemigos.

Particularmente me quedo con la parte relativa a Lawrence, quizá porque es más bien una novela histórica. La parte de Randy merece todos mis elogios también, podríamos decir que es un thriller literario.

A parte de los Waterhouse, la novela está salpicada de un sinfin de personajes muy bien construidos: Bobby, Douglas y America Shaftoe, Avi, Goto Dengo...

Ubicada en muchas librerias en las estanterías de ciencia ficción, objetivamente no podemos decir que se corresponda con este género sino más bien, como indicábamos, en el thriller o la novela histórica.

El estilo de Stephenson es fresco e inteligente. Dota a la novela de grandes momentos de humor e ironía, sin por ello caer en el chiste fácil ni dejar de lado la tensión narrativa.

Es de los libros que más me han enganchado y estamos de enhorabuena, porque Neal Stephenson ha creado más novelas cuyo nexo de unión con la que nos ocupa es la presencia como protagonistas de personajes que son antepasados de los de Criptonomicón. Aunque podría parecer una simple maniobra de marketing, lo cierto es que los fans más frikis alaban estas novelas nuevas. Y yo, como saben, creo más en los frikis que en cualquier religión o ideología.

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