18 noviembre 2005

 

Guía Mitxolin: El Beni

Bar Gran Vía (El Beni)

Calle Isabel La Católica, 16

Metro: Plaza de España (L3, L10), Santo Domingo (L2)

Este momento que todos estaban esperando por fin ha llegado. Tras el duro castigo (seguro que lo notaron en sus cuentas) a La Cañada por reducir las tapas los fines de semana, las ansiadas tres estrellas mitxolin tienen por fin un dueño (esperamos que, pronto, sean más). Se trata del Bar Gran Vía, también conocido como el Beni.

De este tugurio, porque, siendo fieles a la verdad, es un sitio más bien pequeño y oscuro, me habían hablado múltiples veces pero, por A o por B, nunca había ido. Hasta que la semana pasada por fin pasé y quedé gratamente satisfecho.

El Bar Gran Vía, conocido mundialmente como “El Beni”, pues es Beni su dueño y creador honorable, es de visita obligatoria para todos ustedes según lean este comentario.

Al entrar, uno recibe el impacto barroco de un bar cargado hasta arriba de fotos de sus clientes. Y es que las paredes están forradas de fotos de los parroquianos, lo cuál, pese a lo sobrecargado, ya nos da pistas. Pues a pesar de ser un sitio conocido y lleno, la palabra que más lo define, por encima de todas las cosas, es “familiar”.

Y es que ¿qué hay más familiar que llegar a casa de uno, abrirse su nevera y cogerse un tercio?. Así funciona el Beni, donde tú entras, abres una nevera, te haces con un abridor y ya lo tienes. Luego, como eres honrado, dices que has cogido y lo pagas religiosamente. A un euro el tercio, es algo que se ve muy poco por Madrid.

Con este tercio que has honradamente cogido, se te adjuntan unas tapas. Las cantidades son más que decentes y la calidad es buenísima. Siendo la amabilidad una gran característica de este lugar, si tu has pedido (perdón, si tu has cogido con tus propias manos de la nevera) tres tercios, pero sois seis amigos, Beni tiene tapas para seis. No van a quedar marginados los demás.

A esto debemos añadir los asombrosos precios de las raciones y bocatas. Un bocadillo de dimensiones mastodónticas, con el que podrían comer dos o tres personas (y fiense de mi, que yo soy una mala bestia y como lo que me tiren) cuesta ni más ni menos que cuatro euros.

Un aspecto negativo del lugar es sin duda su masificación. Y es que la fama cuesta, por lo que es aconsejable llegar pronto y coger sitio.

No lo duden y hagan una visita al Beni. Si tienen suerte, además, podrán compartir tercios con dos de sus clientes más ilustres: Leonardo Dantés y Paco Porras.

Estrellas Mitxolin: ***


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