23 noviembre 2005

 

He visto... Mary Poppins

Mary Poppins (Robert Stevenson, 1964)

Como ustedes sabrán y como dijo Juampito Pato, soy duro como el martillo de Thor. Mi dureza es conocida en el mundo entero, pero hoy vamos a meternos en el terreno de la Disney porque así he elegido yo mismo.

No se que recuerdos tendrán ustedes de su infancia, de sus juegos y de sus actividades. Uno de mis recuerdos es Mary Poppins, película que me ponían en casa (grabada en el Video 2000, aquella pieza histórica) una y otra vez.

La película está basada en los libros de PL Travers y resume lo mejor de los mismos, adaptándolos a su vez al estilo de la casa, convirtiéndolo en una sensacional película para niños y mayores con parte musical incluida.

Supuso el descubrimiento de Julie Andrews, que entonces me parecía guapísima y ahora la verdad es que me lo sigue pareciendo. No sólo revisionando la película, también la propia actriz, que a sus 70 años se conserva estupenda.

Si no sabéis de que va, os lo cuento rápido. Los Banks son una familia de clase alta inglesa. George (David Tomlison )es un banquero exitoso, un tipo serio y ordenado, y Winifred (Glynis Johns) , su esposa, es una sufragista excéntrica. Tienen dos hijos, Jane (Karen Dotrice) y Michael (Mathew Garber), a los que ninguna niñera soporta. Harto de la situación George redacta un anuncio muy serio en el Times. Mary Poppins acudirá a la llamada, aunque no será nada de lo que George imagina.

Entra así en la vida de los Banks una niñera que es una suerte de bruja buena con unos innovadores métodos pedagógicos. Junto a ella y Bert (Dick Van Dyke), el deshollinador, vivirán grandes aventuras y aprenderán a divertirse alejados del jarabe de palo.

La película pasa volando y nos sumerge en un maravilloso mundo en el que todos queremos volver a la infancia. Las escenas son memorables una tras otra, la campiña inglesa, el tiovivo, la caza del zorro, el derby, el tío Albert y los ataques de risa, la señora de las palomas, el banco… en cierto modo la película hace un planteamiento revolucionario contra las rígidas normas de la alta sociedad y el culto al dinero y defiende métodos pedagógicos casi libertarios. Digo en cierto modo porque la película es de 1964, pero los libros son bastante anteriores, con lo cuál sospecho (no lo se) que incluso pudieran ser calificados de subversivos por parte de sectores conservadores a los que se ridiculiza tras una aparente historia infantil. La lectura puede parecer muy tendenciosa, pero esa es mi lectura tras años sin verla entera. Pero, con todo, es una gran película para los niños, un auténtico ejercicio de imaginación que además supuso todo un prodigio técnico en su época.

Los números musicales son preciosos y las escenas de baile mejor. Una, la de Bert con los pingüinos, muy cómica. Pero la más brillante sin duda es la de los deshollinadores , ¡al compás!, 14 minutos de explosión de baile con una coreografía sensacional.

Las interpretaciones son buenas de la primera a la última, pero destaco especialmente a Dick Van Dyke, que no sólo hace de Bert el deshollinador, sino que también se pone en la piel del Señor Dowes, el anciano propietario del banco. Este personaje junto al resto de banqueros hicieron que durante muchos años pensara que todos los banqueros vestían con el mismo traje que ellos.

Para toda la familia, ya lo saben, Mary Poppins. Se verán moviendo los pies cuando menos se lo esperen.

El molómetro de Sonic


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